Los desayunos nos proporcionan el “combustible” necesario para iniciar el día con las mejores energías y dan a nuestro organismo los nutrientes esenciales para funcionar correctamente. Por esta razón, los expertos en nutrición recomiendan no saltarse el desayuno.
Realizar una primera comida con el suficiente aporte energético ayudará a activar el metabolismo y a hacer que el organismo realice sus funciones correctamente. Al no comer, poco a poco, agotamos nuestras reservas de energía y puede que en algún momento, pareciera que de pronto nos sentimos extremadamente débiles y fatigados.
Varias investigaciones recientes han revelado que, el hecho de no desayunar puede favorecer el aumento de peso, ya que, cuando finalmente el organismo llega a tener hambre, esta es voraz, por ello, las ansias y la búsqueda de cualquier comida son más precipitadas. Por lo general, este tipo de ansiedad tiende a acudir a aquellos alimentos ricos en carbohidratos y azúcares que, a largo plazo, no benefician en absoluto.